«Sostener que el comportamiento de la Unión Europea, de Estados Unidos, de la OTAN o de Occidente provocaron la postura criminal de Putin es históricamente incorrecto y moral y jurídicamente inaceptable.»
La guerra desencadenada por Rusia contra Ucrania es injustificable legal y moralmente. Además no parece tener una salida que pueda reconciliar intereses tan diversos como los de Occidente, Ucrania y Rusia, tanto en la esfera geopolítica como en la moral.
Se pueden enumerar los pretextos que han llevado a la agresión rusa, pero no aceptarlos.
Sostener que el comportamiento de la Unión Europea, de Estados Unidos, de la OTAN o de Occidente provocaron la postura criminal de Putin es históricamente incorrecto y moral y jurídicamente inaceptable. En primer lugar, nunca fue ofrecida a Ucrania la membrecía de la UE o de la OTAN. Los anhelos de una parte del pueblo ucraniano no pueden ser confundidos con la acción diplomática. En segundo lugar, Ucrania es un estado independiente y soberano, reconocido por la propia Rusia. Ucrania tiene el derecho a determinar su futuro. Ni Rusia ni otro país debería poder impedírselo. Negar el principio de la autodeterminación de los pueblos nos hace retroceder en cien años y negar el principio de soberanía, en algunos siglos. Las razones políticas de Putin son jurídicamente nulas y moralmente repugnantes.
Ahora bien, ¿cómo reaccionar, privilegiando lo justo según los principios o lo pragmático según las consecuencias? Esta guerra no parece tener cabida para ambos. El presidente de EEUU Biden aclaró que una reacción de Occidente más contundente que las sanciones significaría una tercera guerra mundial. ¿Valdría la pena pagar este precio para que prime la justicia? Por otro lado, ¿sería moralmente aceptable sacrificar al pueblo ucraniano, y con él el derecho internacional, para evitar una escalada y una extensión del conflicto? ¿Con qué consecuencias de largo plazo? Esta agresión nos obliga a reflexionar en uno de los dilemas morales más debatidos en las relaciones internacionales: ¿Justicia o seguridad?
Por ahora solo se pueden hacer reflexiones interinas. El poder nuclear sigue siendo determinante en las relaciones internacionales. China podría ser el único no perdedor de esta crisis y también podría proporcionar una solución cuando las acciones de Rusia lleguen a afectar sus propios intereses. El valor del derecho internacional y la capacidad de la comunidad internacional de prevenir y terminar actos de agresión se verían muy perjudicados. El orden internacional que remplazará al actual orden liberal y occidental, tan criticado, podría ser mucho peor que el antecesor. Espero equivocarme.
Profesor catedrático de Historia de las Relaciones Internacionales, Universidad de Udine, Italia y profesor vistante de la Universidad de Erlangen-Nuremberg, Alemania. Colaborador del Programa de Estudios Europeos, UdeC.