Francesca Albanese
El horror que vive el pueblo palestino en Gaza nos tiene con el corazón en la mano y obligados/as a soportar la impotencia diaria de ser testigos de un genocidio que es transmitido en vivo y en directo. Las crudas imágenes y videos que circulan a diario por redes sociales evidencian no sólo muerte, sino que además el hambre de toda una población: niños/as, mujeres y personas mayores incluidas.
En el mismo año en que se conmemora el 80º aniversario de la firma de la Carta de la Naciones Unidas, su famoso preámbulo “Nosotros, los pueblos de las Naciones Unidas resueltos a preservar a las generaciones venideras del flagelo de la guerra que dos veces durante nuestra vida ha infligido a la Humanidad sufrimientos indecibles”, pesa cada vez menos. Sin embargo, es también en esta organización donde resiste una voz valiente frente al sufrimiento y a la opresión: una voz que denuncia las masivas y constantes violaciones a los derechos humanos de las personas que habitan en Gaza.
Francesca Albanese, relatora Especial de la ONU sobre la situación de los derechos humanos en los Territorios Palestinos Ocupados ha hecho precisamente eso: denunciar lo que muchos prefieren ignorar. En su informe de marzo de 2024, titulado “Anatomía de un Genocidio”, concluyó que existen motivos razonables para afirmar que Israel ha cometido actos de genocidio contra el pueblo palestino en Gaza. En su informe de junio “Desde la economía de la ocupación a la economía del genocidio”, investigó “el entramado corporativo que sostiene el proyecto de colonización y asentamientos de Israel, basado en el desplazamiento y reemplazo del pueblo palestino en el territorio ocupado”. Nombró empresas “cómplices de la economía de ocupación ilegal, apartheid y genocidio” advirtiendo su responsabilidad internacional. Además de sus informes, Albanese participa activamente en foros regionales e internacionales, conferencias y eventos públicos, y mantiene sus redes sociales actualizadas cada día.
El mundo ha reaccionado. Además de ser blanco de campañas de desprestigio, fue sancionada por Estados Unidos. No obstante, cuenta con el respaldo de la oficina de DDHH de la ONU y del conjunto de expertos independientes de los Procedimientos Especiales, quienes declararon “el silencio no es una opción”. Su nombre incluso suena como candidata al Premio Nobel de la Paz. Sin duda, Francesca Albanese pasará a la historia con una mujer valiente, que, asumiendo el mandato que le encomendó la Asamblea General de la ONU, ha denunciado, desde el derecho internacional y sin titubear, el horror. Ha demostrado que, ante la inoperancia del anticuado Consejo de Seguridad, el sistema internacional de DDHH aún conserva espacios de resistencia. A 80 años de la fundación de Naciones Unidas, su labor nos recuerda con urgencia el propósito de la organización: proteger a los pueblos del flagelo de la guerra y preservar su dignidad.