La impunidad provoca inmortalidad

Daniela Cáceres Pradenas
Ayudante del CEE y Estudiante de 5to Año, Derecho UdeC

Han pasado 50 años del golpe. 50 años desde el quiebre de la democracia más abrupto y violento en nuestra historia contemporánea, y que muchos siguen vivos para contar aquellos días de terror y miedo. Algunos tachan de “resentidos” a quienes siguen conmemorando nuestro pasado, incluso la misma ex presidenta Michelle Bachelet fue criticada en redes sociales días atrás por “incitar al odio” tras contar su testimonio al ser detenida y torturada junto a su familia. Sin embargo, creo que la gente tiende a olvidar que esto va más allá de colores políticos o fronteras, es un tema que como sociedad nunca debemos olvidar porque fueron años en donde las dictaduras latinoamericanas formaron parte del paisaje habitual dado el contexto de Guerra Fría. ¿Y cómo es que se espera “pasar la página”, si es que el sujeto que encabezó todo ese martirio nunca pagó por sus crímenes? ¿Cómo le decimos a una madre que sigue buscando a su hijo que “siga adelante”? ¿A los hijos cuyos padres salieron al trabajo y nunca más volvieron? El pensar en poner todas las brutalidades vividas hace no tantos años bajo la alfombra es algo totalmente absurdo e irracional. Mientras sigan habiendo heridas abiertas, hay un país detrás que ansía justicia, y cuando esta no puede conseguirse por la vía judicial como lo fue en el caso de Pinochet, nos encargamos de mantener viva la memoria de aquellos a quienes silenciaron. La memoria de los chilenos es frágil, basta con que pasen algunos años para que se nuble la vista al pasado y se repita exactamente la misma historia disfrazado de “libertad” y/o algo “necesario”. ¿Acaso se nos olvidan las cifras de las comisiones Rettig y Valech? ¿La Operación Cóndor? ¿La Operación Colombo? ¿La Caravana de la Muerte? Estas son cosas que no podemos olvidar, y no por el morbo, resentimiento o preferencia política, sino porque simplemente no podemos dejar que las nuevas generaciones crezcan sin conocer la historia de sus ancestros, y crean que un golpe de Estado puede ser justificado. El leer testimonios, reportajes, entrevistas y/o estadísticas de aquellos años, si bien es un trago amargo de digerir, te otorga la certeza de no querer que esto vuelva a ocurrir, pero quienes vivan en la ignorancia seguirán con el refrán del “fue algo necesario”, y el peligro de esto recae en el dicho: “quién no conoce su historia, está condenado a repetirla”.

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Peter Perish
co-founder of company

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