El principal medio de captura sobre el cual tenemos control es el árbol, pero globalmente estamos perdiendo 4.7 millones de hectáreas de bosques por año. Con esto se disminuye la absorción de CO2, se perjudica la biodiversidad y se reduce cada vez más la posibilidad de cumplir con el límite que nos mantenga en un clima predecible. Para aumentar la captura y proteger la biodiversidad, necesitamos un mecanismo económicamente viable que asegure un futuro con más árboles.

Por el lado de la reducción de emisiones nuevamente el árbol, o en realidad la madera, es el componente clave de la solución. Al hacer productos duraderos con madera, se mantiene secuestrado el carbono capturado durante el crecimiento del árbol. La madera, por sus propiedades físicas es además compatible con los requerimientos de diversos productos, y por lo tanto es el único candidato serio para reemplazar el plástico, el cemento y el acero. Se puede usar en construcción, muebles, objetos y biomateriales, y con sus derivados este rango se extiende a aplicaciones como el reemplazo de vidrio, envases, telas y circuitos flexibles entre otros.

Pero enfrentamos un problema: para una producción sostenible, necesitamos más madera, lo que implica cortar más árboles. La solución es anticipar la demanda futura de madera y plantar ahora más árboles de los que se necesitarán.

La Unión Europea, con su Estrategia Forestal 2030, muestra una comprensión clara de este desafío, equilibrando la protección y restauración de bosques con la producción sostenible. En este documento Europa se compromete a plantar 3000 millones de árboles antes del 2030, esto es el doble de nuestro sector forestal productivo, a una tasa de un millón de árboles diarios. Estos árboles serán esenciales para el turismo, la biodiversidad, los productos no madereros y abastecerán de madera a 400.000 empresas manufactureras, sosteniendo más de 7 millones de empleos directos en la cadena ampliada.

Para pasar a una bioeconomía va a ser necesario ampliar nuestro sector forestal, integrando la producción de madera con la conservación de bosques y el resguardo de otros servicios ecositémicos. Un sector forestal sostenible no solo protege la biodiversidad y el clima, sino que también es un componente vital para la economía, creando empleos y productos innovadores.