Ante un mundo marcado por intensas disputas geopolíticas entre las grandes potencias y guerras comerciales-militares en diversas latitudes del planeta, se configura un panorama en el que las dinámicas del poder y competencia limitan el espacio para agendas relacionadas al multilateralismo, la cooperación y el desarrollo. En este marco, las ciudades han asumido un rol fundamental para la promoción de estas agendas.

La actividad internacional subnacional, comúnmente denominada “paradiplomacia”, es entendida como la acción internacional de gobiernos subnacionales. Esto ha permitido que las ciudades establezcan redes internacionales de cooperación para abordar problemáticas globales con impacto local. A través de redes temáticas como C40 Cities Climate Leadership, o generales como Mercociudades y CGLU, por nombrar algunas, las ciudades han impulsado iniciativas de desarrollo sostenible, economía circular y cooperación internacional.

A pesar del contexto global actual tan incierto como volátil, los gobiernos locales emergen como actores estratégicos para fortalecer la gobernanza multinivel, promoviendo soluciones innovadoras y reforzando la cooperación internacional. De este modo, mientras los Estados enfrentan urgencias geopolíticas que dificultan la cooperación, las ciudades logran establecer redes de colaboración impulsando estrategias innovadoras para afrontar los desafíos que surgen.

Entre nuestros países del sur global (y particularmente en esta parte del mundo) la paradiplomacia representa una oportunidad única para potenciar el desarrollo regional en un contexto de fragmentación global. La articulación entre ciudades latinoamericanas y con sus pares internacionales no solo permite avanzar en estas agendas comunes sino que también fortalece una integración desde una perspectiva descentralizada a contramano de la dependiente de los gobiernos nacionales, que se caracteriza por ser débil y múltiple en nuestra región.

Mirando hacia el futuro, el desafío para América Latina radica en consolidar su influencia a través de estos actores que han emergido y demostrado que deben y pueden tomar lugares en mesas de debate, promoviendo modelos de desarrollo que combinen inclusión social, innovación y sostenibilidad. El protagonismo y la cooperación entre ciudades es clave para fortalecer su posicionamiento en la gobernanza global y responder a desafíos compartidos sin depender exclusivamente de las dinámicas de los Estados.

En un mundo en transformación, las ciudades latinoamericanas tienen la oportunidad de liderar el cambio, impulsando un desarrollo más justo y resiliente desde lo local hacia lo global.