Simbolismos e Incertidumbres
Este martes, pudimos ser testigos de una nueva reunión diplomática entre el presidente de los Estados Unidos Donald Trump con el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski. Esto no es nuevo, ya había sucedido a inicios de este año, pero ahora con refuerzos: en su compañía, líderes europeos como Meloni por Italia, Macron por Francia, Merz por Alemania, entre otros, y también la presidente de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen, y el secretario general de la OTAN, Mark Rutte; y con una vestimenta distinta en un traje incompleto negro.
Este hito sin duda es de suma importancia para cimentar el camino en busca de la paz y de la reivindicación de los derechos y valores del derecho internacional que, desde un inicio, no debieron ser infringidos.
Ahora bien, esta nueva reunión estuvo marcada por simbolismos, desde el cambio en la vestimenta del presidente ucraniano que representa sin duda un cambio en su estrategia y disposición al encuentro, hasta la comitiva europea que lo acompañó, símbolo de la solidaridad, apoyo y refuerzo del multilateralismo por sobre el bilateralismo tras la también reciente reunión de Trump y Putin. Sin embargo, a pesar de los titulares optimistas y las propuestas, acarrea una gran incertidumbre respecto a las garantías de seguridad y el respeto a la soberanía ucraniana que se le debe dar en concreto en un hipotético alto al fuego definitivo.
El multilateralismo retoma el papel protagónico y brilló en la reunión para dar soluciones a uno de los conflictos bélicos que vive el mundo actualmente. Pero no debe de ser un mero lujo retórico, es la única vía para equilibrar las asimetrías y frenar la tentación frente a acuerdos impuestos por la fuerza. Por lo que sin duda debe ser consolidado con propuestas y compromisos reales, definiciones claras y el respeto irrestricto a la soberanía ucraniana.
Es importante tener claro que la defensa del derecho internacional no puede reducirse solo a gestos y fotos oficiales. Deben ser seguidos de negociaciones sustanciales para dar pasos firmes e importantes. Entre Bruselas y Washington se tiene una influencia real en poder lograr acuerdos, evitar concesiones injustas que vulneren la soberanía ucraniana, no solo basado en un interés nacional de Zelenski, sino en no debilitar la arquitectura jurídica internacional y encaminarnos ya hacia una paz legítima y definitiva.
El derecho internacional va a ser tan fuerte como la voluntad política de los estados a sostenerlo, los líderes deben cumplir con la promesa de que el derecho, no la fuerza, debe ser la base de la paz.